La “Arquitectura del Bienestar” es un concepto acuñado recientemente, cargado de valores orientados a la salud física y mental, con todo lo que ello implica: sonidos, materiales, luz, medioambiente, calidad del aire…
Vivir en los lugares donde “funcionamos bien”, en espacios que ofrecen además, oportunidades de estimulación social, cultural y de contacto con la naturaleza, benefician indiscutiblemente nuestra salud y calidad de vida a cualquier edad.
En la Ciudad de México, uno de estos lugares es la Colonia Roma, un paraíso para los amantes de la arquitectura, el arte, la historia, la cultura y el buen gusto.
La colonia Roma fue pensada por familias de clase alta para sí. Fue promovida por los empresarios Edward Walter Orrin, Pedro Lascuráin y Cassius Lamm, a través de sociedades como la Compañía de Terrenos de la Calzada de Chapultepec o la Compañía de la Colonia Roma.
Durante la Revolución, al contrario que el resto de la ciudad, La Roma continúo su desarrollo. Se conformó como lugar de residencia de algunos de sus lideres más representativos, como es el caso de Alvaro Obregón y sumó a su arquitectura el estilo neocolonial y más tarde Art Decó y Art Nouveau, de los que se conservan extraordinarios edificios representativos.
Hoy, las nuevas construcciones en la colonia Roma son edificios de gran calidad, ejemplo de las tendencias más actuales y por su ubicación sísmica, necesariamente exigentes en cuanto a seguridad, resistencia y adecuada configuración estructural.
La vegetación que inunda las avenidas plazas y parques, la oferta cultural y los numerosos restaurantes y mercados, completan junto a la contigua Colonia Condesa, uno de los vecindarios con mayor diversidad cultural, estatus social y carisma de ciudad, lo llaman “cool”.
Todo ello ha convertido a la colonia Roma, desde “Los Olvidados” de Buñuel, en escenario de obras cinematográficas, literarias, fotográficas, documentales.
Además, la Roma se ha convertido en las últimas décadas, en especial objeto de deseo como lugar en el que vivir y por tanto en el que invertir. El precio de sus viviendas se ha incrementado y ha recibido un gran numero de residentes más o menos temporales, de diversas nacionalidades. El entorno logrado se percibe cosmopolita, actual, culto, saludable, seguro y relajado, y así, pasear por sus calles y habitar en esta colonia resulta todo un ejemplo del buen vivir.
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