Portugal ha adoptado una nueva normativa que redefine los criterios y condiciones para la edificación de vivienda en suelo rústico. Publicada en el Diário da República a final de 2024[1], esta reforma introduce modificaciones significativas al Regime Jurídico dos Instrumentos de Gestão Territorial (RJIGT) y al Regime Jurídico da Urbanização e Edificação (RJUE), con el propósito declarado de equilibrar el desarrollo habitacional con la preservación del patrimonio natural y agrícola
 
[1] Decreto-Lei n.º 117/2024, de 30 de dezembro

  Diário da República n.º 252/2024, Série I de 2024-12-30

  Data de Publicação: 2024-12-30

Desde R&Co creemos que la nueva normativa portuguesa sobre edificación en suelo rústico representa un cambio de paradigma relevante en la política territorial. Sin renunciar a la protección del medio rural, introduce mecanismos de flexibilidad que pueden contribuir a la revitalización del interior de este fabuloso país, fomentar modelos de vida más sostenibles y desconcentrar la presión urbanística de los grandes centros: Lisboa, Oporto y la costa, con fuerte demanda turística… lógico e inevitable, Portugal es un tesoro.

¿Se puede construir en suelo rústico en Portugal? 

En la postpandemia, ha aumentado el número de portugueses -como el resto de europeos- que sueñan con dejar la ciudad, vivir en el campo y construir una casa rodeada de naturaleza. Hasta ahora, eso era bastante complicado por no decir “misión imposible”. El suelo rústico en Portugal estaba muy protegido, y construir en él estaba prácticamente prohibido. Pero eso acaba de cambiar.

Es una medida que busca dar vida al interior del país, ofrecer más opciones de vivienda asequible y, al mismo tiempo, proteger el entorno rural y natural. El reciente cambio en la normativa abre la puerta a construir viviendas en suelo rústico, siempre que se cumplan ciertas condiciones, aquí vamos a resaltar las más importantes:

a)     Debe ser vivienda habitual y permanente, no una segunda residencia ni una casa de vacaciones.

b)     Sólo si no hay otras alternativas: el solicitante debe demostrar que no existen terrenos urbanizables disponibles a menos de 5 kilómetros.

c)     El proyecto debe respetar el Plano Diretor Municipal (PDM) y no interferir con áreas protegidas, agrícolas estratégicas o corredores ecológicos.

d)     La vivienda debe integrarse bien en el entorno y cumplir criterios de diseño y sostenibilidad ambiental.

e)     El tamaño es limitado, con carácter objetivo y en relación con la superficie de la finca.

f)      El resto del terreno debe mantenerse con uso rural: la finca debe destinarse a agricultura, bosque u otros usos ecológicos. 

¿Es el principio de una nueva forma de habitar?

Portugal no está solo en este movimiento. Muchos países europeos están revisando su legislación para permitir una ocupación más racional y humana del territorio, evitando la concentración en grandes ciudades y revitalizando los espacios rurales.